Padre celestial, bendícenos en este nuevo comienzo. Enséñanos a amarnos fielmente con un amor puro y sincero, cómo Cristo amó a la iglesia y entregó su vida por amor a nosotros. Que cada día nos enseñe a vivir conforme a su voluntad, siendo Cristo el centro de nuestras vidas y guíe nuestro matrimonio para que nada pueda separarnos.
Te alabare, por que formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.
Salmo 139:14